Una hermosa leyenda cuenta que el dios Shiva se enamoró de una bella mujer que le puso como condición para casarse encontrar un alimento que nunca llegara a aborrecer por mucho que lo comiera. Shiva no pudo encontrarlo y la mujer murió de tristeza. Cuarenta días después, en su tumba se encontró una planta, hasta ese momento desconocida. Shiva entendió que ese era el alimento que su amada le había pedido. Recogió sus granos y los llevó a todo el reino.